5/08/2007

Carta a los Dirigentes de La Concertación

Estimadas Amigas y Amigos :

Estas líneas son sólo mías. No representan ni a mi partido ni a mi bancada parlamentaria. Hago esta aclaración para los efectos pertinentes.

¿ Qué fuimos, somos y queremos ser ?. Para entender y poder solucionar los evidentes conflictos que tenemos, y que debemos resolver, so pena de abortar el proyecto y perder el Gobierno, debemos hacer un diagnóstico compartido y una propuesta vinculante. Incluso un recuerdo es necesario para poder hacer este diagnóstico y no debe por lo tanto mirarse como un recordatorio inútil.

Nacimos por un llamado ético, no sólo político, para lograr la libertad, recuperar la democracia y establecer un nuevo Chile, que, derrocando o derrotando la dictadura, sería un nuevo ordenamiento social, económico y político. No fuimos – por ende – un mero cambio político. Fuimos la esperanza de una nueva democracia.

Fuimos la esperanza de un pueblo que quería un cambio moral. De la fuerza a la Ley. De la tortura al respeto al hombre y la mujer. Del latrocinio a la decencia. Del atropello a la consideración. De la lógica de la guerra a la lógica del convencimiento que lleva a la victoria. En palabras de Unamuno : Debimos convencer no sólo vencer

Hoy somos la suma de nuestros sueños personales y colectivos que no hemos perdido salvo las limitaciones interiores que nos empiezan a debilitar y limitaciones exteriores de un quehacer de 18 años que agota y cansa. Es lo que hoy nos pasa.

Somos las esperanzas populares defraudadas por nuestras vacilaciones y nuestros errores y engrandecidas por los aciertos de 18 años. Somos también consecuencia de la brutal fuerza del capitalismo que impide acciones por el cambio y nos golpea hasta humillarnos.

Somos también la pérdida de nuestro impulso inicial socavado por nuestra concupiscencia del poder, las luchas internas de los partidos, o de los miembros de cada uno de ellos en cualquier lugar de su acción.

Pero también somos nuestra Fe que perdura en la lucha diaria con las tentaciones burguesas del enriquecimiento, la transacción innecesaria y el acomodo personal o el nepotismo nada infrecuente.

Somos también el lado oscuro de nuestra cruzada que buscaba cambiar el mundo, y que ahora busca impedir que el mundo nos cambie a nosotros.

Somos la experiencia inédita de la suma de modelos progresistas que busca – y ha de lograrlo – conciliar la libertad con el orden, el cambio con la institucionalidad, el crecimiento con el desarrollo, la revolución personal con el respeto colectivo, el emprendimiento con la solidaridad. El yo profundo y de largo plazo con la realidad cambiante y difícil de cada día.

Somos el testimonio de los que queremos volar contra el tiempo y el viento pero insertos en la realidad, sin bajar la mirada de la utopía que nos mantiene vivos.

Somos también la expresión de otros que buscan la eficiencia para – en ella – generar ese impulso de cambio.

Somos miradas ansiosas por triunfar, sin juicios de valor pero con el derecho a expresarnos en el marco de la libertad de conciencia y la disciplina consensual.

De todo esto nacen nuestros proyectos y también nuestras dificultades de las cuales la más dura es nuestra obligación de ser libres para opinar pero fuertes para disciplinarnos. porque debemos aceptar que esas dos miradas existen y ello causa tensión y divergencias sobre todo en el quehacer económico versus el desarrollo humano, la participación, la brecha en los ingresos.

¿ Cuáles son éstas dificultades que nos agobian y cuáles son los caminos y decisiones y sobre todo superarlas a 17 años de gobierno y cómo enfrentarlas a un mediano y largo plazo además de lo anterior?

Aunque no siempre se acepte creo que el cambio interior es fundamental a la hora de resolver los conflictos. El mundo actual es el mundo pragmático monetarista, “Poderoso caballero es don dinero”. Mayor aún es el poder de las grandes corporaciones en un multilateralismo ficticio. El consumismo salvaje con un crecimiento material y financiero impresionante, se nutre de la abdicación de las mejores virtudes de austeridad y solidaridad que pierden valor en sí misma. Por ello este cambio interior ético o moral es básico para enfrentar nuestros problemas que de esa realidad se derivan. Ello genera crisis porque todos venimos de un tronco humanista donde nos desacomoda este nuevo escenario en distinta medida y hace que se asomen nuestras diferencias.

La revolución será moral o no será nos dijo Peguy a los cristianos. La renovación socialista es básicamente una valoración de la libertad, el respeto, el triunfo del humanismo que produce de hecho un cambio interior personal tan mandatario como para nosotros.

Todas estas nuevas miradas son un cambio interior muy profundo, casi como una conversión que debemos asumir para lograr los cambios exteriores. Fue lo que hizo posible la Concertación en su esencia. Porque con esa actitud interior pudimos luchar cuando a Chile le fue robado su yo profundo, cuando se le borraron los sueños y se le quebró su esqueleto para ponerlo de rodillas.

Fue eso lo que nos dio la capacidad de levantarnos y gobernar. Para ello debemos tener hoy – aún en medio de la eficiencia, el acuerdo, la ley, la burocracia – esa fuerza interior para cambiar Chile y no sólo hacerlo crecer, aunque reitero es punto de discusión y una de nuestras discrepancias más serias ¿ cuánto avanzar? ¿cuánto crecer y cuanto acortar la brecha del ingreso? Se me dirá que no son términos antinómicos, pero en la práctica es una realidad. Para poder hacer esto posible es que no debemos hacer juicios de valor, reitero, sino aceptar “ que los luchadores y utópicos de una causa pueden también construir”. Aceptar “que los preferentemente constructores son valiosos por su eficiencia pero no pueden por sí sólos hacer permanentes las causas”

De la conciliación máxima de este enfoque surgirá también la unidad que es la esencia del triunfo. Para ello necesitamos hablar y convencernos. Debemos acordar treguas y acuerdos. Eso requiere compromisos solemnes que debemos adquirir para lograr que se sustenten simultáneamente en la disciplina, la libertad de conciencia, la comunidad de decisiones, el cumplimiento de los deberes propios .

Coloco estas letras en negrita porque este rol personalista, gregario y altruista en política es la gran diferencia con la derecha, concreta rudamente pequeña en ideas y brillantemente imaginativa en su capacidad destructiva, populista y mercadeo de conciencias.

Algunos compromisos pueden ayudarnos, asumidos en un verdadero ritual que nos movilice, yo los asumo ante mi y ante ustedes y les pido que los podamos transformar en un tema común. Otros documentos serán motivo de debate y conclusiones en nuestro cónclave futuro. Estas líneas, lo vuelvo a reiterar son sólo para poner de manifiesto nuestros compromisos de conducta, nuestra plena convicción que nada en el mundo de La Concertación puede ser posible sin la clarificación de nuestras prioridades que son primero Chile, después nuestros partidos que la conforman y después nuestros afanes personales. Propongo algunos :

1. El compromiso solemne de cumplir cada tarea que nos es encargada de manera eficiente. Hacer sencillamente lo que tenemos que hacer en palabras de Teresa de Ávila. Los errores de todos conocidos nacen del olvido de este compromiso.

2. El compromiso de solemne respeto a las posiciones distintas en la Concertación, sin perjuicio de discutirla en la instancia correspondiente.

3. El compromiso solemne de generar una instancia de discusión para resolver estas cuestiones, aceptada por todos, vinculante y obligatorias. Pasado el tiempo hay una sola fórmula que son las comisiones permanentes de Parlamento y Gobierno aunque sea tedioso. El desacuerdo y el enfrentamiento actual no tiene ya solución si no tomamos medidas .

4. El compromiso solemne de hablar menos públicamente y conversar también mucho entre nosotros. “ A buen callar llaman Sancho” debiera ser nuestra posición.¿ Es posible? Vuelvo a señalarlo nuestra libertad de conciencia es sagrada pero lo es también el bien de la Concertación. Esto es válido para todos. Los que tenemos responsabilidad actual y los que la tuvieron, manteniendo a lo menos el respeto. Castelar el gran tribuno de España del 900 señaló en su discurso de “ España doliente” : La soecia parlamentaria y de Gobierno en las palabras sólo expresa falta de inteligencia.

5. El compromiso solemne de practicar la viejísima y razonable figura democrática que somos todos iguales, con funciones distintas donde la Presidenta es – nada más y nada menos – que la primera entre los iguales. En lenguaje moderno la amistad cívica..

6. El compromiso solemne de entender que no hay sabios entre nosotros sino seres humanos que vemos los hechos de distinta manera cuya verdad final suele ser la suma y resta de opiniones. La derecha nos ha contagiado con la soberbia, la arrogancia y la voz tonante de los que creen que en sus palabras está la Patria Perenne. Nosotros somos el futuro y no el pasado. A nosotros el pueblo nos oye cuando nos ve cerca y cercanos, fuertes en su defensa y amables en nuestro trato. No somos ni patrones ni gritones ni dueños de la verdad. Somos un grupo de hombres y mujeres, jóvenes y selectos que queremos convencer con nuestra palabra, ejemplo y testimonio coherente de vida porque o se vive como se habla o terminamos hablando como se vive.

7. El compromiso solemne de entender que de los Partidos somos todos responsables, que del pueblo son nuestros partidos, que del trabajo de todos es el gobierno y que todos no tenemos otra obligación que ser de Chile, para Chile y por Chile.

8. El compromiso solemne de nuestros partidos para renovarse y hacer posible que sus órdenes orienten y dirijan antes que mandar, porque de ahí viene la expresión Autoridad .

9. El compromiso solemne del Gobierno – y cada uno de sus integrantes – de respetar el Parlamento – como al Poder Judicial, a la Contraloría o al Pueblo – porque somos un sistema presidencial y no autoritario.

10. Compromiso solemne de los parlamentarios de entender que este es el sistema que nosotros mismos hemos aprobado y que – en la tarea de representación del equilibrio de poderes – debemos asumirlo. Personalmente no comparto el sistema. Creo que debemos buscar un sistema semipresidencial , pero en el intertanto hay que acatar la norma vigente y cumplirla cabalmente.

Este respeto equilibrado, difícil y a veces doloroso lo expresa San Agustín de esta forma:

En lo profundo UNIDAD

En lo accesorio LIBERTAD

Siempre CARIDAD, FRATERNIDAD Y SOLIDARIDAD..

Cada uno de estos compromisos personales pueden y deben expresarse en modificaciones constitucionales o legales que creo , absolutamente, necesarias. Por ejemplo doy por sentado los problemas que se generan en el binominal, las leyes de quórum, etc. Pero tampoco podemos aceptar que las dificultades nos venzan y nos derroten por anticipado y algunos se marchen figurativamente e incluso real y concretamente..

Esa promesa auto cumplida la podemos derrotar con nuestra conversión de combatientes en la historia de Gedeón. Si muchos no quieren defender tu ciudad le dijo Jehová, abre las puertas para que se vayan y lucha con quienes quieran hacerlo.

Debemos legislar para que, quien gana un cargo popular si sale elegido por un partido, lo pierda si lo abandona para ingresar a otro o seguir como independiente o viceversa.

Debemos legislar para que los Partidos vuelvan a ser respetados. Debemos legislar para que los institutos cercanos a los partidos sean su apoyo y no sus capturadores.

Debemos revisar las razones que permiten el abuso de poder, la reiteración de conductas inadecuadas para que el Servicio Público sea sacrosanto y no un botín saqueado a diario. Ello requiere también revisar las franquicias y normas que tienen ciertos sectores que profitan a costa de los más necesitados.

Debemos imperiosamente terminar con la ligazón de la Política con el dinero privado y hemos sido remisos a abordar el tema con una pérdida de respeto entre los ciudadanos al no desenmascarar los casos emblemáticos de la derecha.

Reitero lo personal de estas palabras que a nadie mas competen. Son un sincero esfuerzo para avanzar a una mayor amistad cívica, a una mayor capacidad de conciliación entre los que soñamos mucho, nos angustiamos mucho y a lo mejor hacemos poco y los que hacen mucho y con tanto insomnio pierden la urgencia de las necesidades que nos acucian desde las profundidades de los desespenranzados.

Quiero aclarar que no hago juicios de valor. Las responsabilidades de nuestros problemas y de la baja en nuestro respaldo es de todos comenzando por quien habla, tal vez por no levantar la voz más fuerte o aprender más que buscar entender “ciertas razones que a mi razón confunden y que siendo tan razonables , no son por su razón razonados por quienes las sufre”.

Tal vez esto sea lo más peligroso porque a pesar del cambio espectacular que Chile ha tenido nos siguen abandonando al tenor de encuestas y otras mediciones porque no nos engañemos con esto que la derecha no sube. No ha de ser este el parámetro de nuestro comportamiento

Nacimos para cambiar la participación y las condiciones de los que poco tienen y todo lo esperan.

La pregunta es ¿ por qué trabajadores y pobladores, jóvenes y mujeres ya no nos siguen con la misma fé y alegría que antes?

Creo que entre muchas razones porque mientras más crece el país, más crece la brecha entre ricos y pobres. Porque la diferencia de ingresos es ya una bofetada a sus necesidades. Porque no es ya cerrar los ojos a la relación de los más ricos y jubilados. Porque empiezan a dudar que seamos el escudo de los pobres o que no seamos el balón de oxígeno del capitalismo. Esto creo no es sólo fraseología. Es la OMC y OMS las que reconocen que reconocen que esta diferencia aberrante se produce en crecimientos exponenciales como el de Chile, junto con depresiones y delincuencia. Son datos internacionales no críticas de flagelantes.

Nacimos para hacer el cambio con cordura y acuerdos de mayoría.

Sólo ruego que no nos cambie el mundo entre tanto acuerdo y , que en la duda siempre sea el hombre sencillo, el humilde, el ofendido por la riqueza, el que vea en nosotros la esperanza y el sujeto de nuestra elección.

Por esta utopía luchamos. Por ello y mucho más mantendremos fuerte la Concertación ahora y hasta lograr la sociedad que soñamos.

Con el compromiso de siempre.,

Mariano Ruiz-Esquide Jara

Senador

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